El impacto del COVID-19 resultó en una absorción negativa de oficinas y
un aumento en la tasa general de vacancia en Bogotá, sin embargo, se espera
que, en el mediano y corto plazo, se genere una transformación de la vida
corporativa, impulsando modelos de trabajo más flexibles y espacios acordes con
las nuevas necesidades del mercado.
De acuerdo con el último estudio de JLL, firma especialista en bienes
raíces y gestión de inversiones,
“la oficina seguirá ocupando un rol protagónico en la vida empresarial,
adaptándose a las tendencias que surgieron antes de la pandemia”.
El informe destacó que los retos del 2020 “simplemente aceleraron las
tendencias previas al COVID- 19” y que para encontrar el equilibrio adecuado a
largo plazo, las empresas deben implementar diversas acciones. Esto incluye
desde proporcionar las herramientas adecuadas a los empleados, hasta diseñar
estratégicamente el espacio para el trabajo en oficinas.
Perspectiva de mercado
JLL encontró que, como resultado de la crisis económica en el 2020, el
mercado de oficinas de Bogotá alcanzó el nivel de vacancia más alto desde
2017. Esto acompañado de una caída de la
producción, reforzada por las medidas aplicadas por el Gobierno local, que
generaron retrasos en las obras de construcción. “La entrada al mercado de
nuevas áreas se desplomó, alcanzando niveles un 90% más bajos que en 2019”,
señala el informe.
De acuerdo con las proyecciones de la firma, la vacancia continuará al
alza como resultado de cambios estructurales en la demanda, alcanzando su punto
máximo en 2021, cuando podría situarse en el 20%.
“A partir de 2021, el mercado retornará paulatinamente a la normalidad,
alcanzando una tasa de vacancia de 18,5% en 2022 y cerca de 15,5% en 2023. El
leve descenso de la tasa de vacancia obedecerá a la recuperación económica y a
la reconfiguración de la demanda”, menciona el informe.
En cuanto a la absorción, la firma destaca que la pandemia debilitó la
demanda a través de dos canales. Por un lado, las empresas se vieron obligadas
a reducir sus gastos corporativos a las presiones financieras y, por otro lado,
el incremento del trabajo remoto generó que los usuarios replantearan sus
lugares de trabajo.
Adicionalmente, se proyecta que el aumento de la vacancia represente
una caída de 8,5% en los precios de renta en la ciudad en el 2021,
especialmente en las rentas No Prime, que caerán alrededor de 9,5%, mientras
que para las rentas Prime el descenso sería de 7,1%. En los próximos años, la
nueva configuración de las oficinas y la búsqueda de ahorro de las empresas,
generarán un ajuste estructural de las rentas.
Para 2022, JLL espera “un período de transición, con una caída de 2% en
las rentas y una tasa de vacancia general de 18,5%, seguido de una lenta
recuperación los anos siguientes”.
Redefinición de las oficinas
Las medidas de aislamiento impuestas durante la pandemia obligaron a
las empresas a operar con sus empleados trabajando desde casa. Según JLL, esta
situación reveló algunos de los beneficios del trabajo desde casa, como la
reducción de tiempos de desplazamiento desde y hacia el trabajo, ahorros de
dinero, horarios flexibles y la posibilidad de disponer de mayor tiempo en
familia. Sin embargo, también quedaron al descubierto múltiples deficiencias
del trabajo desde casa, como la dificultad para mantener la productividad en el
largo plazo, los efectos nocivos para la salud mental de los empleados y los
costos de regulación, en los que las empresas se ven obligadas a asegurar un
ambiente adecuado de trabajo en casa.
“Algunos aspectos del trabajo en la oficina no se pueden reproducir
fácilmente a través de la tecnología cuando se trabaja desde casa, como la
interacción social, el trabajo conjunto, reuniones creativas, networking y el
monitoreo de metas y objetivos”, describe la firma.
Por lo anterior, JLL señaló que la adopción de modelos híbridos en los
que se integren las oficinas con el trabajo remoto será fundamental en la nueva
configuración de los espacios. En este panorama, es clave lograr un balance
entre espacios que favorecen las interacciones como las áreas diseñadas para
una concentración prolongada, como salas de reuniones y cabinas telefónicas,
que ganarán un papel primordial en las oficinas corporativas. Además, será
necesario ofrecer a los empleados una mayor adaptabilidad en cuanto a horarios
y lugares de trabajo, con el fin de atraer y retener talento.
“En un escenario post vacuna, el sector de espacios flexibles, también
llamado coworking, podrá responder a las necesidades de los usuarios en cinco
aspectos clave: baja inversión inicial, últimas tendencias en diseño y
configuración de espacio, acceso a espacios con altos estándares de
construcción, flexibilidad contractual y descentralización”, detalla el
informe.
En definitiva, los usuarios e inversionistas inmobiliarios favorecerán
los espacios de alta calidad, en especial en un contexto de bajas rentas
previstas para los próximos años y un repunte en las tasas de vacancia. Además,
se espera una recuperación de los operadores de espacios flexibles en los
próximos años a medida que los usuarios adopten modelos de trabajo híbridos y
eviten efectuar inversiones significativas en infraestructura.
“La oficina seguirá siendo fundamental en un escenario post pandemia,
donde la oficina y el trabajo desde casa serán complementarios. El nuevo
desafío para las empresas será lograr la combinación ideal para impulsar la
productividad de sus empleados y garantizar su bienestar”, concluyó JLL.
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