Imagen: Asociación Glaucoma Colombia – 2021
El 12 de marzo se conmemora el día mundial del Glaucoma que busca
sensibilizar a la población sobre esta patología. En Colombia más de 2.300.000
colombianos sufren de glaucoma, y solo el 50% de ellos tienen conocimiento que
lo padecen debido a que no suele presentar ningún síntoma2.
El glaucoma es una enfermedad ocular que daña la visión de manera
gradual y puede resultar en la pérdida de la visión de manera repentina.3 Esta
patología daña el nervio óptico, es decir, la parte posterior del ojo. En
repetidas ocasiones, el daño se presenta de manera lenta y los síntomas no son
evidentes.
"El glaucoma es una enfermedad silenciosa que debe ser
diagnosticada tempranamente para prevenir la perdida completa de la visión como
la ceguera. Para reconocer los factores de riesgo y evaluar si la persona
pudiera estar afectada por el glaucoma, se debe visitar al oftalmólogo
periódicamente, especialmente después de los 40 años". Afirma la doctora
Sandra Dra. Belalcázar Oftalmóloga Especialista en Glaucoma y presidenta de la
sociedad glaucoma Colombia.
Entre los principales factores de riesgo que inciden en el desarrollo
del glaucoma se encuentran: pacientes que sufren presión ocular elevada,
aquellos que tienen antecedentes familiares diagnosticados con esta patología,
la población mayor de 40 años y personas con ascendencia africana, hispana, o
asiática o que sufran de hipermetropía o miopía.
Por otro lado, afecciones médicas como diabetes, migraña, alteraciones
en la circulación de la sangre u otros problemas de salud que afectan todo el
cuerpo también podrían incidir en el desarrollo del glaucoma.
Los síntomas silenciosos del glaucoma
El glaucoma se presenta en formas diversas, el más común es conocido
cómo glaucoma de ángulo abierto que afecta aproximadamente entre el 70% y 90 %
de los pacientes.6 Este tipo de glaucoma se presenta como una condición crónica
y su desarrollo es lento, sucede cuando una persona no drena el líquido interno
del ojo como debería, lo que provoca una acumulación de presión que lentamente
comienza a dañar el nervio óptico.7
Este tipo de patología no presenta síntomas evidentes en las primeras
etapas, y la Presión Intraocular (PIO) elevada es el factor de riesgo más
significativo o el indicador de que está desarrollando la enfermedad.
El segundo más común es el glaucoma de ángulo cerrado, ocurre cuando el
iris de una persona está muy cerca del ángulo de drenaje en su ojo, es un
trastorno ocular en gran parte hereditario y también asociado con la edad del
paciente.
Aunque en los dos tipos más comunes de glaucoma no existen síntomas
evidentes, algunos inician de forma progresiva, entre ellos se pueden
encontrar: visión borrosa, dolor en la zona de los ojos y cabeza, presencia de
náuseas y vómitos, así como la aparición de halos de color arcoíris alrededor
de luces brillantes y entre los más notorios se encuentra la pérdida repentina
de la visión en los casos más avanzados.
El glaucoma lo diagnostica un oftalmólogo mediante un examen y una
prueba clínica, a menudo también puede solicitar realizar pruebas especiales
cómo: tonometría para medir la presión ocular10, dilatación de las pupilas para
evaluar el nervio óptico en busca de signos de daño11, Campimetría o campo
visual, la cual permite medir qué tanta visión posee en cada ojo12, entre
otras.
El daño provocado por esta enfermedad es permanente, no puede
revertirse. Sin embargo, existen tratamientos que abarcan una amplia oferta,
desde el uso de diversos medicamentos hasta procedimientos innovadores con
láser o quirúrgicos, entre otros.
Entre los medicamentos más usados se encuentran las gotas formuladas
por un especialista entre las que se encuentran: prostaglandinas,
betabloqueadores, agentes mióticos entre otros. En caso de que las gotas no
produzcan el efecto suficiente para disminuir la presión intraocular, se
recetan medicamentos orales.
Existen alternativas quirúrgicas para el tratamiento del glaucoma.
Consultar regularmente a su oftalmólogo le permitirá tener un
diagnóstico oportuno, así como un tratamiento temprano, permitiendo tener
control de la enfermedad y de la progresión de la patología, de esta forma se
logra obtener una buena calidad de vida.
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