Imagen: OMS – 2021
La alergia a la Proteína de Lecha de Vaca (APLV) es una de las alergias
alimentarias más frecuentes en los primeros meses de vida, incluso en niños en
edad preescolar y adultos. Estudios recientes indican que está asociada al desarrollo de otro tipo de alergias como asma, dermatitis
atópica y rinitis.
La APLV puede provocar serias complicaciones para la salud de lactantes
y niños como afecciones en la piel y problemas en sus sistemas gastrointestinal
y respiratorio. Una de las condiciones más alarmantes ligadas a la APLV es el
desarrollo del asma, una condición que alcanza el 69.9% de subdiagnóstico en
Colombia, mientras su prevalencia sigue en ascenso.
El Dr. Juan Pablo Riveros, gastroenterólogo pediatra y presidente del
Colegio Colombiano de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica
COLGAHNP afirma que “nunca fue tan importante fortalecer el sistema
inmunológico en la población pediátrica y más aún en los niños con alergia
alimentaria, ya que el diagnóstico temprano y el manejo adecuado de la APLV
pueden contribuir a una disminución de la carga de esta enfermedad y sus
complicaciones”.
La microbiota intestinal se refiere al conjunto de bacterias que
colonizan de manera natural el intestino de las personas y es importante para
el adecuado funcionamiento del sistema gastrointestinal, se ha evidenciado que
la microbiota de lactantes con alergia tiene un desequilibrio al compararla con
la de lactantes sanos amamantados. La leche materna contiene oligosacáridos y
bacterias que contribuyen al desarrollo de una microbiota intestinal sana.
El desarrollo y manteniendo de un balance en la microbiota (bacterias
benéficas que viven en el intestino humano) y su relación con el sistema inmune
es un factor esencial para la salud, especialmente en lactantes y niños.
Los probióticos son microorganismos vivos destinados a mantener o
aumentar las bacterias "buenas" (microbiota equilibrada) del cuerpo.
Los prebióticos son el alimento (generalmente fibras) que actúa como nutriente
para las bacterias “buenas”. Los prebióticos se utilizan con la intención de
mejorar el equilibrio de estos microorganismos benéficos.
“Los simbióticos son una combinación de prebióticos y probióticos.
Estas cepas bacterianas influyen directa o indirectamente en el sistema inmune
a través de la microbiota intestinal, y por ende desempeñan un papel importante
al prevenir el desarrollo de la alergia. El objetivo de combinar prebióticos y
probióticos es obtener efectos positivos más potentes (sinergia) que usándolos
por separado”, resalta el doctor Riveros.
Según el Doctor José Fernando Vera-Chamorro, Gastroenterólogo,
nutriólogo y epidemiólogo clínico, miembro del COLGAHNP, líder de grupo de
investigación en pediatría: “Pediafe”; y con perfeccionamiento en investigación
en Harvard Medical School; “los cambios de la microbiota intestinal son
responsables, en parte, del aumento o de la presencia de enfermedades
alérgicas. Lo ideal sería promover un equilibrio de la microbiota intestinal
desde el embarazo con una nutrición adecuada de la madre, procurando un parto
vaginal (donde se adquiere una microbiota natural) y el inicio de leche
materna, idealmente, en la primera hora
de vida, evitando el uso de fórmulas y el uso indiscriminado de antibióticos,
con el fin de disminuir el riesgo de aparición de estos cuadros.”
“Teniendo en cuenta la importancia de los prebióticos y probióticos, en
la alimentación del lactante alérgico y en los casos en que la lactancia
materna no es posible, el manejo nutricional con simbióticos en lactantes con
APLV, es una excelente opción para promover la tolerancia temprana y evitar
otras enfermedades alérgicas, como asma, rinitis y dermatitis atópica”, afirma
el doctor Vera-Chamorro.
Estudios científicos realizados en más de 1500 pacientes con alergias
alimentarias, demuestran la evidencia del uso de simbióticos en el tratamiento
y evolución de estas. Los simbióticos actúan no solo mejorando los síntomas
asociados a la alergia sino favoreciendo la desaparición de la misma, ya que le
devuelven el equilibrio perdido a la microbiota intestinal.
Para el manejo nutricional de las alergias alimentarias pronto estará
disponible en Colombia un producto aprobado como APME (Alimento para Propósitos
Médicos Especiales) con una mezcla simbiótica que es considerada una innovación
para el manejo de esta condición. Su prescripción y uso debe ser supervisado
por un profesional de la salud, razón por la cual es cubierto por el sistema
obligatorio de salud (POS).
Este hallazgo científico es de gran importancia, ya que no solo
contribuirá a mejorar la calidad de vida de lactantes y niños con alergia
alimentaria, sino que prevendrá que a futuro el adulto desarrolle alergias
asociadas como rinitis, asma o dermatitis atópica, tres de las patologías que
frecuentemente son consultadas por los pacientes en Colombia, concluye el doctor
Riveros.
Alergias alimentarias en Colombia
A pesar de la poca evidencia disponible, estudios en Colombia
demuestran un incremento de las alergias alimentarias en pediatría, la
prevalencia real varía entre 2% al 7%. Adicionalmente, solo en el 20% de los
casos se sospecha a tiempo de alergia alimentaria, por lo tanto, en la mayoría
de los pacientes se definen conductas nutricionales no adecuadas, que impactan
el estado nutricional.
Los factores de riesgo para el desarrollo de alergias alimentarias en
pediatría muestran cifras elevadas en los últimos años en Colombia. En primer
lugar, los partos por cesárea son cerca del 45,5%, así como la exposición
temprana a la leche de vaca en 62% de los lactantes y la tasa de prematuridad
del 19,3%; por otra parte, la lactancia materna exclusiva en menores de 6 meses
es solo de un 36,1%, también se contemplan otros factores de riesgo como madre
fumadora, madre y padre atópico, entre otros.
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