La época decembrina siempre se ha caracterizado no solo por ser un
tiempo en el que buscamos mejorar nuestras relaciones y pasar un mes lleno de
felicidad y amor, sino también es un momento lleno de reflexión y
autoevaluación, en el cual le damos una mirada a los eventos del año que está
por pasar.
Sin lugar a dudas, el 2020 fue un año difícil de predecir que tomó por sorpresa al mundo entero exponiendo
lo mejor y lo no tan positivo, dependiendo del caso, del ser humano. Sin
embargo, a partir de esta peculiar coyuntura, existen algunos temas clave que
tendrán un impacto duradero en la cotidianidad, las relaciones
profesionales, personales y en el hogar
de cara al 2021.
‘’La salud mental no se define únicamente por la ausencia de un
trastorno. Sino que es un estado dinámico que fundamentalmente se expresa en
nuestra vida cotidiana a través de nuestro comportamiento y nuestra interacción
que nos permite desplegar plenamente todos nuestros recursos emocionales,
cognitivos y mentales. Y a partir de ahí poder transitar por la cotidianidad
para trabajar y para establecer unas relaciones significativas y poder
contribuir a la comunidad’’, explica el Dr. Luis Eduardo Correo, Médico Psiquiatra
de Remy IPS.
Así las cosas, Remy IPS propone estos tips para fortalecer y mejorar la
salud mental de cara a este nuevo año 2021:
1. Tener una buena contextualización del entorno. Es importante que nosotros como seres humanos
sigamos adquiriendo información del contexto que nos rodea ya que este nos
puede cambiar sustancialmente las cosas dependiendo de lo que estemos
viviendo. A través de adquirir
información que sea viable, veraz y certera podernos contextualizarnos en el
entorno y tener la posibilidad de anticipar hasta donde nos sea posible algo
del futuro. En esencia hay que entender para poder actuar.
2. Limitar el tiempo dedicado a la información. Si bien dejamos claro
anteriormente lo importante de tener información fiable, también es necesario
limitar el tiempo que nosotros vayamos a dedicar a esa condición. Sabemos que
por las redes sociales, internet y medios de comunicación vivimos una
saturación de información y contenidos que nos pueden generar estrés y ansiedad
-evitando la lectura del entorno de manera adecuada-. Hay que informarse, pero
de forma objetiva y limitada.
3. Aumentar nuestra sensación de control. Si algo marca el desarrollo
de ansiedad y estrés en el ser humano es la incertidumbre, en ese sentido hay
que fortalecer la sensación de control que se desarrolla a través de rutinas y
estrategias para poder organizar la vida. En la medida en que nosotros podamos
organizar nuestras tareas, estar bien informados y pl nuestra propia vida con
actividades que podamos o no realizar y poderlas sustituir y elaborar
propuestas alternativas, lograremos tener esa sensación de control que nos
libera de afecciones futuras. En general hay que continuar la vida sin
detenerse, hay que limitarse: sí, pero no implica que tengamos que detenernos.
4. Rutinas de distribución del tiempo y del trabajo; también de
adquisición del tiempo libre. ¿Cómo vamos a hacer para manejar nuestro tiempo
libre o cómo vamos a hacer para entretenernos? es una pregunta que nos surge de
cara a futuras cuarentenas. Esa entretención parte de dos elementos
fundamentales. La realización de actividad física, si se puede en casa o en
espacios abiertos ya que esta favorece muchísimos elementos de la salud mental.
Asimismo, aprovechar la oferta cultural virtual: museos, conciertos, cursos,
entre otros, los cuales nos sirven de distractor y nos ayudan a sacarle
provecho a nuestro tiempo libre.
5. Mantener nuestras relaciones interpersonales. En ese sentido tenemos
que garantizar la visibilidad de todas las personas que nos rodean, evitar que
se vayan opacando o que se vayan yendo. Hay que hacer que estos elementos de
aislamiento no representen muros verdaderos, sino que representan una
oportunidad más para fortalecer nuestra relación con los otros.
6. Seguir construyendo tejido social y comunidad. Participar en
iniciativas ciudadanas, colectivas y comunitarias de apoyo mutuo, propiciarán
fortalecer la salud mental. Asimismo, no solo por el tema de la pandemia,
ayudar a los damnificados de cualquier situación nos permite construir comunidad
y posteriormente sentirnos mejor. Esto nos enmarca en un entorno favorecedor y
alentador.
7. Encontrar narrativas de resiliencia. Resignificar las experiencias
complejas como todo este 2020 y la incertidumbre y todo lo que pueda suceder en
el 2021. Todo eso hay que resignificar en términos del aprendizaje. Es
importante evitar narrativas cargadas de problemáticas que puedan llevar a la
desesperación, como aquellas de contexto político y social que muchas veces
conllevan al estrés-
8. Pedir apoyo emocional. Es muy importante saber que si la necesidad,
el estrés, la inquietud se presentan de forma consistente, nos evita la
posibilidad de progresar en la vida. Traduciéndose en violencia, conflicto y
enfermedades, por lo que hay que saber reconocer cuando algo no está bien con
nosotros y tener toda la sensatez para poder pedir ayuda.
9. Información a niños y adolescentes. Hay que darla de manera adecuada
con un lenguaje que les facilite la comprensión de lo que está pasando. Ellos
son población vulnerable en esencia y necesitan mucho de la tutoría de los
adultos, no solo en el apoyo emocional sino en el apoyo efectivo en términos
operativos: con sus labores.
Muchos ciudadanos a nivel global han sufrido los estragos que las
largas cuarentenas, la incertidumbre y el miedo han dejado por su paso. La
salud mental en el marco de la pandemia ha jugado un papel fundamental en el
apoyo asistencial tanto clínico como en el hogar, en el cual ha hecho posible
que las personas, a pesar del contexto, materialicen su potencial, superen el
estrés normal de vida, trabajen de forma productiva y hagan aportaciones a la
sociedad.
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